lunes, 20 de junio de 2011

No querrás comprobarlo.

Con la punta de tu revolver, pequeño pero poderoso apuntas al  estómago de ese hombre.  A un centímetro de su muerte todavía tiene la sonrisa en sus labios.
-Sé que no eres capaz.- Dice en tono burlón.
-No querrás comprobarlo. 
Suelta una carcajada interrumpida por un estallido. El mismo que hace que hace que sus ojos se pongan en blanco y que la sangre corra a borbotones por su boca. El mismo que hace que se apoye en ti antes de acabar tumbado en el suelo. 
Con una mirada de desprecio lo observas tendido en el frío empedrado de esa oscura plaza cuyo únicos testigos son las estrellas y esa luna tapada por las nubes que pronto empezarán a precipitar gotas de agua que se mezclarán con la sangre del fallecido y con el humo producido por el disparo. Que ahora se aleja y disuelve por el aire, que un inocente niño pronto respirará y sentenciará a muerte su bondad, convirtiéndose así en un asesino de sangre fría, impulsado por el odio de ver el cadáver de su hermano mayor muerto...

A ver si aprenden que nunca deben poner en duda tus capacidades. 


Ilse.

2 comentarios:

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