martes, 31 de julio de 2012

Legalize weed

¡JA! Puede que tu supieras poco sobre vampiros, Limón, pero está claro que Edward no tiene ni idea sobre lobos...
El JB apenas atonta una hora a los humanos con solo una copa. Los lobos sois más resistentes, en media hora ya estabas como nueva y con ganas de guerra. Puede que le gustase jugar demasiado con fuego, pero con la familia de una no se mete nadie.
El olor de sangre amarga y gasolina quemada en un tubo de escape viejo, roñoso y con algo de moho, era como   un faro indicando su posición para el olfato canino. No tuviste que correr siquiera, la moto, ya hecha polvo no llegaba a los 70km/h. Ni te despeinaste.
Había pasado ya un día desde aquél incidente y tu  ya habías tenido la ocasión de hablar con Katzen, una vieja amiga. Katzen era aquello a lo que llaman animago. No era exactamente una mujer-lobo, era una humana, una maga que se transformaba en lobo cuando ella deseaba. La diferencia básica entre un animago y un hombre-lobo es que los hombres-lobo deben aprender a reprimir su parte canina, necesitan carne, correr mucho y dar largos paseos bajo la luna. Ella en cambio... En fin, creo que es la única "loba" vegetariana. Lo bueno de Katzen no tan solo era aquello, sino que era una excelente actriz y carterista. La conociste en un concierto de metalcore cuando se acercó con un amigo tuyo a intentar entablar amistad contigo y robarte la cartera. Había resultado ser una tia maja, pero tus reflejos, el universo y un borracho que la empujó prefirieron que la cartera se quedase donde estaba.
Habías estado vigilando a Edward, llevaba todo el día sin probar bocado, así que no te costó adivinar a qué entraba en aquél pub. Le mandaste un mensaje a Katzen "Legalize weed". Esperaste cinco minutos y entraste tu también. Echaste un vistazo rápido y viste que Eddie ya iba con una cerveza en la mano acompañada de Katzen. 
Nadie, absolutamente nadie puede identificar a un animago. Solo se puede descubrir a uno si se le pilla en mitad de una transformación, así que no tuviste problemas con Ed. La cerveza no le iba a subir, pero sabías de algo que le encantaba y que lo iba a tener atolondrado un buen rato. Sobre todo sin haber cenado.
Viste que Katzen se lo llevaba fuera. Él, pensando en el festín que se iba a pegar con esa, ni se había percatado de tu presencia. Esperaste media hora y saliste a la calle. El coche de Katzen emanaba tal olor a felicidad que se podía oler hasta en Reus.
Pese a que no te gustaba repetir jugada, habías mejorado el trazo y ya apenas se oída chirrido alguno cuando rallabas el metal, así que pensaste que un "legalize weed" rallado en la vieja chapa de aquella cosa que Eddie llamaba moto. Contemplaste tu obra y te largaste de aquél lugar.
Al cabo de un rato llegó un mensaje de Katzen: "Tendrías que haber visto su cara de horror y el maldita loba que chilló al ver la moto. Tengo el movil."
Sonreíste.
-Limón.

miércoles, 11 de julio de 2012

Meh.

Barcelona, estación de Sants, diez y diecisete de la noche. Una muchacha sola apoyada en la pared, entre las escaleras mecánicas y los baños de donde sale un olor asqueroso. "No tardará en venir" piensas. Un grupo de canis escandalosos con su reggetón resonando por los túneles. Empieza a latirte la herida de la aorta, debe estar cerca. ¿Camuflado entre esos parásitos sociales? Ries, eso sería divertido de ver, lástima que no hayas traído la cámara. Oh, lo recuerdas, no serviría de nada, cosas de vampiros. Pronto aparecen por las escaleras mecánicas.
-Pallasos...-Murmuras.
Uno de ellos se gira cabreado.
-Perdona ¿Qué coño has dicho?
-Vaya, veo que la mierda de reggetón esa os ha afectado también al oído. Espera, para que lo entendáis mejor, es eso que hay dentro de la cabeza, lo que comunica la oreja con el cerebro. Ah! lo olvidaba, que vosotros no tenéis de eso.-Uno de ellos saca una navaja. Empiezas a notar la herida palpitar más rápido y ves una sombra tras una columna. Ríes.- Y a ver si os ducháis, que aquí a-pes-ta-Arrastras las sílabas burlandote de ellos.
-Mira niñata, ya me has tocado demasiado los cojones.-Dice el de la navaja, que se acerca a ti. De pronto aparece Edward  y le pega un puñetazo en la mandíbula que lo tumba al suelo. Los otros dos al verlo salen corriendo.
-Sabía que vendrías.-Dices con una gran sonrisa.
-¿Qué quieres decir, enana?
-No te gusta dejar las cosas a medias, y menos que te quiten las presas. Es fácil calar a un chulo engreído como tu.
-Ja, ja, ja. Qué rebelde eres, eh. Si no llego a venir, a saber qué te habrían hecho. ¿Qué ha sido de tus zarpas, Mifusi?
-Las reservo para las ocasiones especiales, ya lo sabes. Y por supuesto que me habrían hecho algo, ahí es donde entras tu. Ahora mismo el de seguridad debe estar flipando. Algo invisible acaba de tumbar a un tio, eso o tengo poderes mentales, por no decir que estoy hablando sola.
-Las cámaras. Te podían haber visto transformándote en lobo... Aunque sigo sin entender por qué aquí.
-Fácil. Sin cámaras me habría deshecho de esos, me cuesta contenerme, pero sabiendo que me podían descubrir he tenido que aguantarme. Si, habrías venido a por mi de todos modos, pero ha sido divertido el numerito de Eddie salvando a la loba. Un simple capricho.-Te diriges a la salida de emergencia y sales a un callejón.
-Espera, esto no va a quedar así. Si no recuerdo mal, la última vez que nos vimos comentaste que te gustaba el allioli ¿Me equivoco?
-Vaya, creí que eras tu el que estaba untado en ajo.-Vuelves a reír.
-Repito: Muy graciosa. Pero ya me has hartado.-Saca los colmillos y tu te echas atrás.
Te transformas y saltas sobre él. Pese a que intenta apartarse, ha perdido velocidad y consigues arañarle el brazo entero que empieza a sangrar. Intenta mantener su dignidad pero las heridas son profundas, del mareo se cae sobre sus rodillas. Te das la vuelta y te vas. Andas unos metros y te das cuenta de que no te ha atacado. Te vuelves y lo ves aún en el mismo sitio, mirándose la herida y maldiciendo todo lo maldecible. ¿No habrá tenido el valor de hacerte nada por miedo a perder?
-Ya nos veremos cuando dejes de ser un cobarde.-Te vas riendo

Al cabo de un rato para de palpitarte la herida. Ya está a más de un kilómetro, en alguna parte de la ciudad, seguro.
-Limón.