viernes, 24 de junio de 2011

Pero lo especial de ellos es que son satisfactorios.

Quizás es el olor de tabaco y perfume barato. Quizás es el alcohol. Quizás las ganas de hacerle una herida en su inexistente corazón. 
Quizás es que tu nunca te das por vencida, que siempre consigues lo que quieres sin importarte a quién debes pisar para ello, aunque sea a ti misma. 
Puede que no todo sea blanco o negro, pero no vas a ser tú quien lo descubra. Al menos no esta noche. 
Los besos de venganza no son dulces, pero tampoco insípidos. Son ácidos, como un limón. No son rosas ni incoloros. Son rojos como tu carmín.
Pero lo especial de ellos es que son satisfactorios. 
Aunque la cara de la persona a quien van dirigidos, -que no es quien los recibe, sino quien los observa- puede que hasta sea mejor.


Y nunca olvidarás la mirada de desprecio con la que te observaba Julien, mientras subías las escaleras hacia la puerta, destino a la cama de Pierre.


Bru.

4 comentarios:

  1. Jjeje, que lindo relatito!!

    me saco de onda un poco, no paran que te miendo
    si me saco de onda!!

    espero que el limón no te agrié

    Cuídate!!

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  2. No me gustan esos besos xD pero el relato me encantó ^^
    La canción es Media Verónica, de Andrés Calamaro, aunque la versión de Amaral también es preciosa. Un beso :)

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