Margaret corre por los fríos pasillos, abre una puerta y llega al aparcamiento. Huele a gasolina, hace calor y oye unos pasos tras de si.
-A ver muñeca, hagamos un trato. Tu me devuelves esos documentos a los que nunca debiste acercarte, y yo no te mato. O si, depende de como lo pongas de difícil.-Le dice alguien mientras le rodea el cuello y le acaricia con el filo de un cuchillo.
Un sudor frío cae por su frente.
-No tengo miedo. Sé que no me harás nada, eres demasiado cobarde Beth. Perro ladrador, poco mordedor.
Nota un pequeño corte en la piel como respuesta. Y un disparo que hace que Beth se desplome en el suelo.
Y ahí a lo lejos, alguien baja el arma y se larga de ahí.
Puede que fuera cierto cuando le dijo que nunca permitiría que nadie se la quitase del medio.
Margaret&él.
me encanta, sí señor.
ResponderEliminarUn ángel de la guardia, siempre vienen bien.
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