La puerta se rompe. Dos hombres entran por ella. Te acercas al mueble-bar y sacas tu revólver mientras agachas la cabeza evitando entrar en la trayectoria de la bala que dispara uno de esos tipos.
El otro se pone a revolver cajones y armarios, en busca de algo, que desconoces.
Te pones detrás del sofá para cubrirte.
El segundo hombre le dice algo en ruso al otro, que se acerca corriendo.
El pulso te tiembla, pero es ahora o nunca.
Afinas la puntería y das cuatro tiros, tres de ellos certeros.
El segundo intruso se acerca a ti y te agarra por el cuello apuntándote con su pistola en la cabeza.
Puede que estos sean los últimos segundos de tu vida, pero el odio sigue en tus ojos, no vas a darle el gusto de morir asustada.
De pronto oyes dos disparos provenientes de la otra punta del comedor. Al tipo se le ponen los ojos en blanco y se desploma en el suelo.
Ves a Bru con cara de cabreada.
-Me niego a limpiar todo esto yo sola.- Dice mientras vuelve a su habitación. -Y la próxima vez que tengas invitados, no hagáis tanto ruido que se me asusta el gato.
Ilse.
Me ha gustado tanto que me he leído todos las entradas de Brunette e Ilse.
ResponderEliminarQué sangre fría, por Dios.
P.