Andaba ansioso por encontrarse con las sombras, paso rápido, no quedaba tiempo. La luna estaba a punto de ponerse en su punto más alto. Levantó la vista. Demasiado tarde, estaba sobre él. Notaba como le quemaba la piel, como se le encogía el corazón de miedo, se le cortaba la respiración ante el pánico de lo que podía llegar a hacer si encontraba a alguien. Un aullido fue arrastrado por las aguas del Sena. Sus ojos permanecieron en blanco por segundos. Luego tornaron totalmente negros, de ese que atrapa, que paraliza, del que no puedes escapar. Su esqueleto cambió por completo, sus músculos se fortalecieron, y le salió pelo por todo el cuerpo. Y sus dientes, se volvieron enormes, puntigudos, desgarradores.
-¡Bonito disfraz, perrito!- Gritó un borracho.
Y esas sin duda fueron sus últimes palabras, sin contar, claro està sus gritos de agonía.
Este texto lo he mandado también a un concurso: http://micamisadelasuerte.blogspot.com/2011/10/efimero.html?showComment=1320078833468#c1612856730032484603
Visitad su blog, escribe de maravilla! :)
-Limón
Me gusta, me gusta. Pobre borracho, menudo final de Halloween ha tenido.
ResponderEliminar(tarros de sonrisas en camino)
Me gusto mucho la descripcion que hiciste mientras se transformaba, no pudo haber sido mejor :)
ResponderEliminarO.o me encanta!!!!!!!
ResponderEliminar