Su vida era como una tempestad. Podía haber un rato de paz, como una noche de verano en las que todo está en calma y se ven las estrellas observándonos desde algún lugar recóndito del universo, o de pronto podía caerle un rayo. Pese a todo, ella seguía con la cabeza bien alta. Rugía a los vientos huracanados que venían de tramontana. Y siempre sonreía. Aunque su mundo entero, raro, pero suyo al fin y al cabo, se hubiera derrumbado. Ella siempre sonreía.
El dolor la mataba por dentro.
a7x
Sonreír es el mejor maquillaje que existe. Da igual si tu vida es una montaña rusa, sonreír siempre va a hacer que te sientas bien, aunque por dentro estés muriendo.
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