sábado, 28 de mayo de 2011

With the lights out, it's less dangerous Here we are now, entertain us.

Y ahí estás tú, con Juliette y Angie, contándoles tus hazañas de la noche anterior.
Como que no las puedes convencer decides ir a buscar la cartera.
No eres tan imprudente como para llevarla encima. ¿Y si te encuentra?
Pero no ha aparecido en toda la noche por el local. Son ya las 10:30 y no hay rastro de él.
El muy viciado debe estar jugando al wow, god of war o algo similar...
Así que coges tu vespa y te diriges a casa.
Por el camino de vuelta te encuentro a uno con una Harley yendo cada vez más rápido. El muy imprudente casi atropella a una niña a la que se le ha caído una pelota de tenis de mesa.
Normal. Con esa moto demuestra tener un gran ego. Un chulo, vamos. Pero tu no necesitas demostrar nada con la moto. Tu billas por ti misma.


Vuelves al bar y se la enseñas. Pedís unas cervezas para celebrarlo.
La vuelves a meter en tu bolso. De repente tus amigas ponen una cara como si hubiesen visto un espectro, un vampiro detrás de ti.
Notas como alguien te rodea el cuello con el brazo y te agarran del mentón.
Tu primera reacción es de transformarte, pero si así lo hicieses le harías saltar por los aires con tu fuerza. Montarías un escándalo. Así que debes hacer un gran esfuerzo por contenerte.
- ¿No creerías que esto quedaría así, no? - Suelta.
Como no, es él. Y tu con la cartera en el bolso. Si ya sabías que no era buena idea traerla.
Entonces mete la mano en tu bolso y la saca.
Y se larga con arrogancia.


Pero eso no va a quedar así.
Lleváis unas cervezas de más, y a las lobas os gustan los retos...


Así que las 3 os largáis del local y entre las sobras de la noche os transformáis.
Tus ojos de color ámbar piden emociones. Y el alcohol que nubla tu sentido común se lo permite.


Le seguís corriendo. Es fácil con ese olor a vampiro desganado.
Aparca la moto en una calle. Enfrente de el puesto de comida de un árabe que vende bocadillos dhuevo frito, ternera, patatas fritas, tomate y cebolla
Sale con uno en la mano y se tumba en la hierba a mirar la luna llena mientras lo devora.


Aprovecháis el despiste y os acercáis a su moto.


Esta vez te has pasado. Se va a cabrear mucho cuando vea desgarrado el cuero, y la chapa rallada.
Pero lo peor será cuando arranque para realizar su venganza y se de cuenta de que tiene las ruedas pinchadas.

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