El humo entraba por vuestras bocas y salía por vuestra nariz. Intentando buscar una vía de escape, no pensar en nada, olvidar que todo existe, que nada es para siempre, perdiéndoos en una nube que pronto se disolvería en el aire.
-Vamos Aria, que se va dentro de mucho, además si te sientes sola me tienes a mi dispuesto a lo que sea.-Dijo con una carcajada.
-Eres un gilipollas de mierda. Es tu primo, no harías algo así...-Diste otra calada al porro y se lo pasaste, lo absorbió con arrogancia.
-Ponme a prueba.-dijo mientras te arramblaba contra él y rozaba sus labios con los tuyos.
-¿De verdad Liam? ¿Harías cualquier cosa?-Dijiste mientras levantabas su camiseta. Una sonrisa de haber conseguido conquistar Roma, de haber logrado montar al majestuoso hipogrifo, de por fin haberte convencido apareció en sus labios. Pero su cara se convirtió en un poema al notar tu rodilla impactando contra su entrepierna.- Entonces no te importará esto ¿no?
-¿A qué ha venido esto?-Consiguió decir cuando se recompuso.
-¡Eso ha sido de ser muy hijo de puta incluso viniendo de ti!-Pusiste el grito en el cielo, frunciste el ceño y le quitaste el canuto de las manos para volvera destrozarte el cerebro con él.
-Pero si solo era coña, era para ver si serías capaz de hacerle algo así a Mike. ¿Que pasa? ¿Te has enamorado de él o que?
-Por el amor de dios ¿Que no me conoces, o que?
Nunca entenderé por qué le mentiste...
-Aria
hahahaha se lo merecía. Con Aria no se juega.
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