miércoles, 1 de junio de 2011

Can you believe?

Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
Oyes las manillas de tu reloj advirtiéndote que el tiempo pasa.
Sentada en esa cafetería con la cabeza apoyada en la mano y el codo a su misma en la mesa.
Tornas la cabeza para mirar por la ventana. 
La gente pasa; algunos lloran, otros ríen. Unos aceptan su desgracia, mientras, otros la ocultan bajo un antifaz de sonrisa excusándose con pretextos que, personalmente, a ti no te interesan.
Miras la hora por enésima vez. Llega tarde. Pero esta vez no han pasado cinco minutos. Ni diez. Han pasado ni más ni menos que veintisiete. Perdón. Ahora ya son veintiocho.
No coge el teléfono ni contesta a tus mensajes.
De modo que coges tus cosas y te vas.
Te ha plantado. No entiendes por qué. 
Le mandas un mensaje diciéndole que tienes una gran noticia, y ¿es así como te responde?
Más le vale tener una buena coartada.
Quizás sea como todos. Quizás como ninguno. Tal vez simplemente esté jugando. 


Tal vez no sabe que aquí eres tú quien pone las reglas del juego.
Charlotte.

1 comentario:

  1. Gracias por pasarte!
    Lo del botón derecho me lo hizo una amiga, cuando hable con ella se lo preguntaré y te lo explico, vale?
    Besitos!

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