lunes, 4 de julio de 2011

LOSER

Te despiertas con un fuerte dolor en el hombro. Estás con Adolpf delante.
-Maldito Edward- Musitas. Te incorporas y haces una mueca de dolor. Miras tu herida y te ha salido un sarpullido. Al ver tu cara de asco Adolpf ríe.
-¿Sabes qué es eso?
-No-Dices mosqueada- Pero duele.
-Cierra los ojos y repite en su nombre para ti.
Desconfiada, lo haces. Aparece un flasback en tu cabeza. Primero unas sombras desfiguradas, que van tomando forma, y puedes verle en un caserón antiguo, en Rumania. 
-He visto donde está.-Dices asombrada.
-Al morderte lo hizo mal. Cuando hincan los dientes, segregan un líquido, que si no lo reprimen y la víctima queda con vida, se mezcla con la sangre, y permite ver lo que hace en cada momento. Así que ya sabes que toca.


Asientes con la cabeza y te vas corriendo. Llegas de noche a un bosque y esperas. Medio dormida, oyes unos pasos que te hacen ponerte en guardia. Y ves a Edward que se sienta en un tronco tirado en el suelo. Te has encargado de restregarte por todos los árboles de la zona, para que cuando lo huela, no pueda saber dónde estás.
-Vaya, ¿perritos por aquí?. Ha sido muy arriesgado por tu parte Limón. ¿Que has venido, volando sobre Dumbo?- Se burla de ti, mientras torna la cabeza para comprobar que no estás tras él.
Aprovechas y te lanzas encima suyo, bloqueándolo como en el río.
-Veo que a alguien se le ha olvidado como no ha de morder a sus presas. Tranquilo, a medida que vayas adquiriendo más experiencia, ya no te pasarán estas cosas.
-¿Que haces con ese ajo?- Balbuecea. En sus ojos brilla un miedo satisfactorio para ti.
Le desgarras la camiseta. Transformas tu brazo derecho en humano, y coges uno de los ajos que llevas colgado al cuello con una cuerda. 
-He pensado que como que te gustan los tatuages, quizás no te vendría mal uno que te recuerde en qué posición estás. 
Intenta levantarse antes de que sea demasiado tarde, pero con la otra pata le pegas un zarpazo en la cara, esta vez, menos profundo, pero doloroso igualmente. Coges una cabeza de ajo y se la restriegas por el pecho grabando un LOSER en él. En pocos segundos reacciona con la piel, y empieza producirle quemaduras. Suelta un chillido y se desmaya del dolor. El grito ha sido muy sonoro, pero el vampiro más cercano tardaría unos 20 minutos como mínimo en llegar. Eso si alguien acude en su ayuda, pues los vampiros son muy traidores, y pocas veces ayudan a sus camaradas, ni aunque sean de su misma casta.
Te vas hacia el aeropuerto, el último avión hacia Barcelona está apunto de salir, y no quieres llegar tarde como de costumbre.

Y hasta que no estás sobrevolando esas tierras no te quedas más tranquila. Por suerte, ya has comprobado que no haya ningún vampiro en tu vuelo...


Srta. De Limón.

1 comentario:

  1. Ahahaha, sigo sin comprender esa relacion pero me hace reir igualmente.

    ResponderEliminar

Si dejas comentarios, que sean sobre la entrada, blog, o alguna pregunta que tengas para mi. Por favor, no hagas spam, no visitaré tu blog si lo haces...
gracias :)